martes, 1 de agosto de 2017

LA POLERA: PRENDA ESENCIAL DEL VERANO


La polera es una prenda que se viste en temporada estival. Se encuentra a mitad de camino entre el polo y la camisa, ya que participa de ambos conceptos y, al igual que las bicicletas, las poleras son para el verano.




Su origen no está muy claro y lo único que no ofrece dudas es que se trata de una prenda de muy reciente creación.
Por un lado, parece que surge a comienzo de los años 60 cuando la marca Gant confecciona una camisa de manga larga para la práctica deportiva. Por otro lado, en Italia Giovanni Agnelli hizo de esa prenda algo popular utilizándola en varano durante sus vacaciones.
En mi opinión Gant utilizó una tela de polo, de tal suerte que lo que llegó a confeccionar fue un polo de manga larga, mientras que Agnelli lo que hizo fue una camisa con forma de polo.
Sea como fuere, la polera es una prenda especial y diferente que tiene como destino el ser utilizada en época veraniega.




La polera se confecciona sobre la base de tejidos frescos propios de la temporada estival, y fundamentalmente de lino.
Aunque predominan los colores blancos pueden ser de tonos muy variados, incluso de tonos oscuros, y no necesariamente lisos.

Existen poleras de tonos oscuros, pero no es lo habitual ni lo conveniente 

Lo más característico de la polera es que se abotona de igual manera que un polo, es decir, se trata de una camisa convencional pero la botonadura no llega hasta abajo sino que, al igual que los polos, consta únicamente de tres o, en algún caso, cuatro botones llegando como mucho hasta la mitad del pecho.  



Por su parte, el cuello de la polera puede ser de las más variadas formas, imponiéndose últimamente el cuello Mao, que aunque no es de mis favoritos, si que es cierto que por su carácter marcadamente informal parece apropiado para esta prenda.  



Existen frecuentes errores a la hora de vestir la polera, ya que se le suele dar el mismo tratamiento que a una camisa convencional, cuando en realidad no estamos ante una camisa en sentido estricto. Por esta razón se hace necesario señalar las pautas esenciales que nos deben guiar en todo caso a la hora de vestir la polera.

1º) LA POLERA NO DEBE TENER LAS MISMAS MEDIDAS QUE LA CAMISA.

Cuando encarguemos a nuestro sastre la polera veraniega, hemos de tener presente que las medidas que tenemos para las camisas normales no deben ser las mismas que para la confección de una polera, toda vez que esta debe resultar siempre más ancha de lo normal, con la finalidad de que resulte practicable para poder vestirnos, porque no olvidemos que la polera nos la debemos poner a través de la cabeza, al igual que un polo, y nunca puede ponerse abrochándose los botones, como sucede con las camisas.


Esto significa que si una camisa debe siempre ceñirse a nuestro cuerpo y, por lo tanto, las medidas se encuentran condicionadas por nuestra complexión, por el contrario, esto no sucede con la polera, donde las medidas deben ser más amplias porque no es su finalidad la de ceñirse a nuestro cuerpo, sino permitir una libertad de movimientos y una amplitud que no es una característica predicable de las camisas.

2º) LA POLERA DEBE SIEMPRE VESTIRSE POR FUERA DEL PANTALÓN.
Íntimamente ligado con lo anterior, debemos poner de relieve que la polera se caracteriza por el hecho de ser destinada a vestirse por fuera del pantalón, sin que en ningún caso deba ser llevada por dentro del mismo. 


Forma correcta de llevar la polera

La razón principal es que al resultar más ancha que las camisas normales su destino es vestirse por fuera, porque al intentar introducirla dentro del pantalón siempre generaría un efecto globo con un sinfín de antiestéticas arrugas, precisamente por no estar diseñada para ceñirse a nuestro contorno.

Manera incorrecta de llevar la polera

Por otro lado, su destino de corte claramente informal, provoca que deba ser vestida sin el rigor de las camisas de vestir que exige se encuentren debidamente colocadas dentro del pantalón.

3º) LA POLERA NO PUEDE VESTIRSE CON AMERICANA
La polera se caracteriza, como hemos señalado, por su marcada informalidad. Esto significa que no puede combinarse con otras prendas que sean propias de ser vestidas con rigor formal como es una chaqueta o una americana. No se pueden compatibilizar, fundamentalmente porque las poleras, como sabemos, deben portarse por fuera del pantalón, lo que generaría un pésimo efecto con una chaqueta. Aunque en algún momento hayamos podido ver que se combinan con una americana, esa tendencia no se ajusta a las normas estrictas del buen vestir. 

Forma errónea de portar la polera. Nunca con americana 

Si la polera es una prenda para el verano , por lo tanto, propia de temperaturas elevadas para vestir informalmente, es que no tiene cabida una americana y, por el contrario, si el tiempo no es veraniego y nuestra actividad requiere el uso de chaqueta, entonces lo que sobra es la polera. 

4º) LA POLERA DEBE VESTIRSE FUNDAMENTALMENTE REMANGADA
Nada impide que la polera pueda vestirse con la manga extendida y el puño debidamente abotonado, pero el efecto conseguido de esta manera no es el más adecuado. 
No crea buen efecto la polera con las mangas extendidas

La polera luce muchísimo mejor siempre cuando la llevamos remangada, además el clima así lo permite.


Confío sirvan estas pautas para llevar adecuadamente esta prenda imprescindible en verano. 

Con mi polera de lino hecha a medida por mis camiseros de Haberdashers y bañador de swim & co.

Aprovecho estas líneas para despedirme de los lectores hasta septiembre, donde volveremos con interesantes novedades. Hasta entonces, ¡felices vacaciones a todos! 

Lucio Rivas 

6 comentarios:

  1. La foto parece hecha en la Isla de Tabarca ...si fuera así, magnifica elección.

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    1. Ante todo disculpe por el retraso en responderle, he estado de vacaciones y no he podido atender al blog hasta ahora.
      En efecto Juan, así es. Se trata de mi querida isla de Tabarca. Es usted un gran observador.
      Gracias

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Gracias a Vd.por elegir mi tierra para pasar sus vacaciones. Es una isla preciosa, tranquila y se come magníficamente.

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    1. Estimado Juan, gracias por su comentario. Es un placer estar por su tierra a la que considero también mía. No en vano he pasado todos los veranos de mi infancia y juventud en Santa Pola, cuando era un pequeñísimo y desconocido pueblo de pescadores, y de eso hace ya muchos, quizá demasiados años.
      Un saludo

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