domingo, 3 de junio de 2018

CUANDO Y COMO UTILIZAR LAS CORBATAS AMARILLAS




Una de las corbatas que es considerada como de apariencia más atrevida, pero que sabiéndola combinar puede resultar más elegante, es la corbata de color amarillo.
En esta entrega vamos a desvelar los secretos para su perfecta combinación y como poder sacar el máximo partido a esta corbata que normalmente no se le presta la atención debida.





Antes de nada conviene poner de relieve que el color amarillo tiene un significado y simbolismo curioso, ya que se le asocia con la felicidad, la alegría y optimismo, de tal manera que en todo caso eligiendo esta corbata vamos siempre a dar una imagen que enlaza con esas características.


Por ello la primera acotación es evidente, nunca debemos utilizar esa corbata en ocasiones en las que el protocolo no invita a trasladar imagen de felicidad o alegría, como puede ser el caso de un funeral o eventos de máxima seriedad. Por el contrario, las corbatas amarillas pueden utilizarse en aquéllos momentos y ocasiones en los que el acto social es siempre propicio para generar un ánimo alegre o festivo.



Cuando hablamos de corbatas amarillas, hemos siempre de tener presente que no existe un único toco del color amarillo, ya que existen más de 100 tonalidades de este color.

El amarillo es uno de los colores considerados primarios, ya que no es el resultado de ninguna mezcla o combinación de otros colores. Al ser un color claro y luminoso se le asocia con el sol, y por extensión se le relaciona con conceptos como la inteligencia, el intelecto y la racionalidad, por lo que el amarillo en una corbata supone que trasladamos esas sensaciones a nuestros interlocutores.


De todas las formas posibles de combinar una corbata amarilla, las que considero más acertadas  son tres: con chaqueta marrón, traje gris y traje azul marino. Estas formas son las básicas y esenciales en cuanto a la combinación más idónea. Cualquier otra opción pudiera  resultar válida, pero estas tres son las más favorecedoras. Vamos a analizarlas de menor a mayor grado de tolerancia del color amarillo.


Hemos de advertir que las combinaciones señaladas se refieren a colores que tienen multitud de matices y tonos intermedios, por lo que caben multitud de variantes. 

1º) CHAQUETA MARRÓN
Con chaqueta o americana marrón aparentemente una corbata amarilla resulta difícil de combinar. Pero no es así, se crea un resultado siempre armónico y sereno. No existen estridencias en la combinación de ambos tonos, y aunque la combinación sobre el papel parece que no es de interés, hay que señalar que el resultado siempre es interesante, como se aprecia en los ejemplos siguientes:





2º) TRAJE GRIS.
El combinar una corbata amarilla en un traje de tono gris, es una opción de las más interesantes. Pero hemos de señalar que lo más conveniente es que el color gris sea cuanto más claro mejor, ya que en este caso conseguiremos que no existan bruscos desajustes de tonalidades. Si el traje es gris oscuro la corbata amarilla no está entre las mejores opciones. Por el contrario, si el traje es de color gris claro, la corbata amarilla armonizará perfectamente. Es muy importante en este caso tener presente que potenciaremos más el resultado si optamos por una camisa celeste o con rayas azules claras.










3º) TRAJE AZUL MARINO.
Si en el supuesto anterior, cuando hablábamos del traje gris, era conveniente que este fuese de tonos claros, en la combinación de traje azul es precisamente al contrario, es decir, que es aconsejable que el traje sea de tonos cuanto más oscuros mejor. Esto es porque el contraste entre el color amarillo y el azul marino es de los más complementarios que existen en el espectro cromático, y otorga una impronta muy elegante. 










Lucio Rivas



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