I. El origen: aristocracia, clima y utilidad
Hay un tipo de elegancia que no nace en los
salones, ni en los clubes londinenses, ni en las pasarelas. Una elegancia que
no depende de luces ni de solemnidades, sino de la relación ancestral entre el
hombre y su entorno. El estilo campestre británico es el gran referente de
la vestimenta masculina otoñal, y quizá la tradición más profunda, honesta y
duradera del vestir masculino.
Este estilo, que hoy identificamos con tweeds, pana gruesa, colores tierra, botas robustas y lana áspera, no es un disfraz, ni una tendencia, ni un capricho nostálgico. Es, en esencia, la sastrería puesta al servicio de la vida real. Una estética creada para caminar por el campo, y para soportar el viento húmedo de Escocia.
El campo británico no concibe ropa “para posar”: concibe ropa “para durar”. Y ahí reside su autoridad estética.
El estilo campestre británico surge en un contexto muy concreto: las grandes casas rurales, los dominios agrícolas y los cotos de la aristocracia inglesa entre los siglos XVIII y XIX.
No existía entonces la separación moderna entre ropa funcional y ropa elegante. La vestimenta debía cumplir una doble misión. Por un lado, proteger del clima y mantener un porte digno, propio del rango social. Los colores están inspirados en el paisaje: verde musgo, brezo, ocre, tabaco, castaña y pizarra.
II. Una
estética ligada al otoño: razones naturales
El otoño británico es el escenario perfecto para este estilo:
- Tweed para la chaqueta
- Lana Shetland para el
jersey
- Pana gruesa para el
pantalón
- Camisas de algodón o franela
- Bufandas de lambswool o cashmere
- Botas de cuero con suela de goma o cuero grueso
- Donegal (irregular, con motas de color)
- Harris (rústico y grueso)
- Cheviot (resistente, de grano marcado)
- Príncipe de Gales (más urbano, pero de origen rural)
- Espiga (versátil, fácil de combinar).
Su tacto cálido y peso medio lo hacen ideal para pantalones y chaleco. La pana británica tradicional tiene el denominado "wale" ancho (costilla gruesa), que se refiere a un tipo de pana con pocos cordones o "costillas" por pulgada (como 3-5 o 6-10), resultando en un tejido más grueso y robusto de lo normal, y resulta ideal para prendas de invierno o duraderas, contrastando con el corduroy fino de "wale" alto.
3. Waxed cotton (algodón encerado)
Este material es icónico de las gabardinas y chaquetas Barbour. Con ello se consigue una impermeabilidad total sin perder movilidad. Las chaquetas enceradas son prendas clásicas y muy duraderas, hechas generalmente de algodón grueso tratado con una capa de cera especial. Esta cera le entrega al tejido una barrera natural contra el agua y el viento, manteniéndote seco y protegido incluso en climas muy adversos.
- Brogue de campo de suela gruesa
- Botas derby
- Botas chukka tabaco
- Chelsea de cuero aceitado
- Botas de caza
Hoy, la elegancia urbana ha redescubierto el campo. El tweed se lleva con chinos de algodón, la pana con jersey fino de cuello alto y las botas con abrigo cruzado.
El campo se filtra en la ciudad como símbolo de autenticidad, lo qeu supone una reacción natural ante la moda rápida y el exceso sintético.
El otoño es, en el fondo, un recordatorio de que la vida necesita abrigo, textura y naturalidad. El estilo campestre británico se convierte así en la brújula estética que guía al hombre elegante cuando deja atrás el verano y se adentra en el clima incierto, íntimo y profundo de la estación más auténtica del año.
LUCIO RIVAS

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