EL TEJIDO DE CAMUFLAJE

La tendencia de incorporar tejidos de camuflaje en las prendas ha ido poco a poco cobrando un mayor protagonismo con el paso del tiempo, hasta el punto de poder encontrarse prendas de todo tipo hechas con esta tela tan especial.

Sociológicamente debe ponerse de manifiesto que el auge de las prendas de camuflaje se produce únicamente en tiempo de paz, por lo que si vemos estas prendas por la calle, será síntoma de que no estarán en los campos de batalla. En caso contrario, evidentemente no sería posible.

El éxito de este estilo proviene del contraste que supone verlo por nuestras ciudades, ya que esta estética es propia del ámbito militar y de caza, inventada precisamente para pasar desapercibido, y mimetizarse con el entorno, que es lo contrario que se consigue cuando se lleva fuera del ámbito para el que fue concebido.

Los tejidos de camuflaje son de marcado componente informal, de tal modo que los llevaremos siempre en momentos de nulo formalismo o de relajación estética.

Estos tejidos se encuentran, en cuanto a la indumentaria se refiriere, por debajo del umbral mínimo de informalidad, por lo que su utilización requiere un tacto especial.

No obstante, algunos complementos si sabemos combinarlos adecuadamente, pueden dar un resultado interesante pero siempre que los combinemos con colores lisos. 

De todas las posibilidades que se nos ofrecen respecto a la estética de camuflaje, el mejor resultado que podemos obtener es cuando se utiliza como complemento. 

Zapatos de Mr. John's

Por ejemplo como corbata, que bien combinado puede resultar interesante.

En segundo lugar, la opción que dentro de la informalidad puede resultar atrevido dentro del carácter desenfadado, es utilizarlo como chaqueta. 

Por último debe desestimarse siempre que se utilice como pantalón ya que, desde mi punto de vista, no es posible que resulte interesante, fácil de combinar y estaría en el umbral de lo que no se considera como buen gusto. 
Por supuesto nunca debe buscarse en este tejido un sustituto de prendas de marcada formalidad, como puede ser un esmoquin, ya que el resultado será siempre esperpéntico:

Cuando generalmente se habla de una prenda de las que aquí nos ocupa, se identifica como “tela de camuflaje”, aspecto que me llama poderosamente la atención porque no existe en realidad una tela de camuflaje. 

Existen multitud de tipos de telas de camuflaje. Los juegos de colores y formas son casi infinitos, por lo que las posibilidades son inimaginables. 
Algunos ejemplos si partimos del color verde:

Si basamos la solución cromática en tonos diferentes al verde, el resultado también es interesante; 

Las telas de camuflaje se basan, y creo que en gran parte ahí radica el éxito de las mismas, en que el diseño no es más que una forma sencilla del arte abstracto, hasta el punto que en algunas ocasiones no resulta fácil poder diferenciar una obra de arte abstracto de lo que es una tela de camuflaje:

Lucio Rivas