sábado, 17 de noviembre de 2018

EL ATREVIMIENTO EN EL ESTILO: ¿DONDE ESTÁ EL LÍMITE?


Siempre he manifestado que tanto la elegancia como la personalidad en el vestir, que es el estilo, se adquieren diferenciándose de los demás, para ello es necesario dotar a nuestra imagen de unas ciertas dosis de atrevimiento, …pero con límites.






Una de las premisas que debemos siempre tener presente en nuestra forma de vestir es que para destacar es necesario diferenciarnos del resto de los caballeros, especialmente en un mundo donde parece que todos los caballeros quieren mimetizarse con el conjunto de los mismos, ya que no les gusta destacar. El uso generalizado del denominado uniforme de los varones, esto es, el traje azul marino y el gris marengo, hace que los caballeros se sientan muy cómodos, porque pasan desapercibidos, que es definitiva lo que se busca por vergüenza o por timidez.



En otras latitudes, como Italia, ocurre justamente lo contrario. Los caballeros tienen, por línea general, una competición no declarada de ver quien tiene más estilo y personalidad en el vestir, por eso allí es muy difícil ver dos caballeros vestidos iguales, justo lo contrario de lo que ocurre aquí.


Podemos llegar a diferenciarnos, destacar, tener nuestra propia personalidad en el vestir o desarrollar nuestro particular estilo, simplemente con imprimir ciertas dosis de atrevimiento a nuestra indumentaria, pero ese atrevimiento debe ser siempre sutil, equilibrado, con buen gusto, y no puede rebasar ciertos límites, como es el de no perder nunca la elegancia. Este es un equilibrio ciertamente difícil, pero que con clase se puede siempre conseguir. 



Para lograrlo es esencial el cumplimiento de varias reglas, que son los limites naturales del estilo:

1º) El atrevimiento no puede ser excesivo, ya que en muchos casos anula por completo la elegancia.

2º) El estilo particular que desarrollamos debe ser siempre fiel a nuestra personalidad. No hay nada peor que nuestra forma de ser no coincida con nuestra imagen.

3º) La elegancia es llamar la atención siempre desde la discreción. No en vano Brummell decía que si la gente se vuelve a mirarte cuando vas por la calle, es que no vas bien vestido.




Por eso, cuando se quiere ser muy atrevido, marcar mucho estilo, ser muy original o diferenciarse en exceso del resto, podemos traspasar esa línea fronteriza que existe entre lo atrevido y el mal gusto, que  puede llevarnos a rallar en lo esperpéntico, cuando no directamente en lo hortera, de tal manera que lo que se hizo pretendiendo sorprender, lleva a parecer que se está disfrazado.



En este sentido Pitti, la feria anual de la moda masculina que se celebra en Florencia, se puede  asemejar en ocasiones a un circo más que a otra cosa, atendiendo a lo excesivamente estrafalario del atuendo de muchos caballeros, que por ello rehúsan a la elegancia en  beneficio de un supuesto estilo que sólo persigue una finalidad que es llamar la atención.



Desde mi punto de vista no es malo llamar la atención, todo lo contrario, pero se debe llamar la atención por la elegancia, no por lo estrambótico o grotesco de nuestra indumentaria. 



Siempre es más fácil llamar la atención por vestir de manera estrafalaria que por vestir de manera elegante.




No olvidemos las palabras de Yves Saint Laurent cuando decía que “La elegancia consiste en olvidarse de lo que uno lleva”.

Lucio Rivas.






            

3 comentarios:

  1. Excelente post!! Tienes razon varios de mis compañeros de trabajo optan por colores gris y azul; por lo regular un amplio sector por pena y verguenza no optan por ponerse mancuernillas , pajaritas o un discreto pañuelo. Yo la verdad disfruto cada temporada del año para lucir la ropa adecuada para cada momento del año.

    Caer en exageraciones o abusar del estilo pitti uomo sprezzatura, no es para mi estilo . Lo mas arriesgado que opto es por llevar el pañuelo por poco vistoso y nada mas.

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