En el siglo XXI, el espacio social ya no se limita a los salones, las oficinas o los espacios públicos físicos. Existe un segundo escenario donde hoy se construyen reputaciones, relaciones y percepciones, como en el entorno digital.
Teléfonos móviles, correos
electrónicos, mensajes y redes sociales conforman una extensión
de nuestra presencia social. En ese espacio, la cortesía no ha desaparecido,
sino que ha cambiado de forma.
I. El nuevo territorio de la etiqueta
La etiqueta tradicional regulaba
el saludo, el trato personal, el vestir o el comportamiento en espacios
públicos. Hoy, esas mismas reglas deben aplicarse a una llamada telefónica, un
mensaje de WhatsApp, un correo electrónico, una publicación en redes sociales,
una videollamada y una reunión en remoto.
La diferencia es que, en lo
digital, los gestos no se ven, pero sus efectos son inmediatos y duraderos.
II. El teléfono móvil
El uso del teléfono es quizá el
mayor reto de la etiqueta contemporánea. El principio fundamental es la
atención. Por eso, consultar el móvil mientras alguien nos habla transmite el mensaje
de que hay algo más importante que nuestro interlocutor.
En conversaciones presenciales el
teléfono debe permanecer fuera de la mano, en silencio y fuera del campo
visual. Solo una emergencia real justifica interrumpir una conversación.
Llamar sin previo aviso en
horarios inadecuados es una forma moderna de descortesía. En muchos casos, un
mensaje previo preguntando «¿puedo llamarte?» es hoy una muestra básica de
respeto.
Hay que tener especial
consideración en espacios públicos. Hablar por teléfono en voz alta en trenes,
restaurantes o salas de espera invade el espacio ajeno y es, cuando menos, una
descortesía, y casi siempre una falta de educación.
III. El correo electrónico
Un correo electrónico es una
carta moderna y debe reflejar educación. Las reglas esenciales son: saludo
adecuado, tono respetuoso y claro, ortografía cuidada y despedida correcta.
Los correos impulsivos,
desordenados o sin saludo transmiten una severa falta de consideración.
IV. Mensajes
En esta materia hay unos principios
básicos: no exigir respuesta inmediata, evitar mensajes fuera de horario sin
urgencia, mantener el respeto incluso en mensajes breves y cuidar el lenguaje. Un
mensaje mal escrito, sin saludo ni despedida, puede resultar más descortés que
el silencio.
V. Redes sociales
Las redes sociales son escenarios
públicos, y todo lo que allí se publica permanece, circula y construye
reputación. Por lo tanto, debe existir cortesía digital en redes, lo que supone
que no se debe humillar, no ironizar con crueldad, no exponer conversaciones
privadas y no escribir impulsivamente bajo emoción.
VI. Videollamadas: la nueva sala de reuniones
Una videollamada exige, como una
reunión presencial, puntualidad, vestimenta adecuada, atención visual, silencio
ambiental y respeto al turno de palabra. Encender la cámara implica asumir
presencia, y no debe apagarse sin motivo.
La tecnología ha transformado
nuestras formas de comunicación, pero no ha abolido las reglas fundamentales de
la convivencia. El verdadero caballero contemporáneo no es quien domina los
dispositivos, sino quien los utiliza con sensibilidad, mesura y respeto.
En la era digital, la elegancia
no se mide por la rapidez con que respondemos, sino por la calidad de nuestra
atención.
Las reuniones virtuales se han
convertido en una extensión natural de la vida profesional. Ya no son una
excepción ni una solución provisiona, ya que forman parte del tejido cotidiano
del trabajo contemporáneo.
Sin embargo, su aparente
informalidad tecnológica ha generado una peligrosa confusión: creer que, porque
el encuentro es digital, las normas de la cortesía pueden relajarse. En
realidad, ocurre lo contrario.
En una reunión virtual no
desaparece la etiqueta, sino que adopta nuevas formas.
La etiqueta en una reunión virtual se construye mucho antes de pulsar el botón de “unirse”, y exige el cumplimiento de las siguientes normas:
1º) Puntualidad. Conectarse tarde
a una reunión virtual es tan descortés como llegar tarde a una presencial. La
tecnología no excusa la falta de previsión, por lo que comprobar cámara,
micrófono y conexión es una forma de respeto hacia el tiempo ajeno, y debe
hacerse antes de conectarse. Nada resulta más incómodo que dedicar los primeros
minutos a resolver problemas que podían haberse evitado.
2º) Entorno adecuado. El fondo
visible comunica tanto como la vestimenta. Un espacio ordenado, neutro y
silencioso transmite profesionalidad, serenidad y respeto.
3º) Apariencia. Aunque solo se
vea la parte superior del cuerpo, la vestimenta importa por simple coherencia
con el contexto profesional. Por ello es fundamental elegir colores sobrios, tejidos
mates, evitar camisetas, ropa deportiva o prendas excesivamente informales.
4º) El lenguaje corporal en la pantalla. Por ello se debe mirar a la cámara, ya que equivale a mirar a los ojos en una conversación real. Hablar mirando la pantalla o el teclado transmite desconexión. Una postura erguida y estable comunica interés y respeto. Reclinarse, moverse en exceso o adoptar gestos distraídos rompe la concentración colectiva.
5º) Debe evitarse gesticular en exceso
ya que distrae. Por otro lado, la ausencia absoluta de expresión resulta fría.
El equilibrio es la clave de la presencia digital.
6º) El uso del micrófono. El
micrófono debe permanecer en silencio cuando no se está hablando, y debe evitarse
teclear con sonido, mantener conversaciones paralelas, ruidos domésticos e interrupciones
no relacionadas con la reunión.
El control del micrófono es hoy
uno de los signos más claros de educación profesional.
7º) Intervenciones. Las reuniones
virtuales requieren una disciplina especial, por lo que no se debe interrumpir,
hay que esperar el turno, no se debe monopolizar la conversación y hay que expresarse
con claridad y concisión.
Responder correos, consultar el
teléfono o escribir mensajes durante una reunión virtual es perfectamente
visible, aunque se crea lo contrario.
8º) Cierre de la reunión. Una
reunión debe terminar como empezó, con educación. Por lo que debe agradecerse
el tiempo compartido, despedirse con corrección y cerrar la conexión sin
brusquedad.
Feliz Navidad
LUCIO RIVAS








Buenas tardes ,
ResponderEliminarSin duda un artículo muy de actualidad. Tengo una consulta sobre los emails, cuando se sigue un hilo el mismo día, donde ya has escrito o contestado más de dos veces, se debe de seguir empezando la respuesta con un “Buenos días”, yo confieso que me parece muy poco productivo y ágil.
Muchas gracias por el artículo y feliz 2026.
Eneko.