domingo, 26 de abril de 2015

FLORIS: LA EXIQUISITA FRAGANCIA DEL LEGENDARIO GENTLEMAN




La imagen clásica del refinado y distinguido gentleman típicamente inglés lleva siempre aparejado un porte y buenas maneras que deben trasladarse a aspectos que la simple imagen no transmite. Uno de esos aspectos es el perfume, fragancia o cuidados cosméticos de ese gentleman. Si somos puristas en este aspecto como lo debemos ser en nuestra indumentaria, solo podemos fijarnos en la marca para mi gusto más exquisita: FLORIS.



La casa Floris es como un antiguo laboratorio de perfumes, radicado en Londres y universalmente conocido por la alta calidad y exclusividad de todos sus productos. Se encuentra en mi calle favorita de Londres, que pese a lo que muchos pudieran pensar no es Saville Row, St. James Street o el insuperable pasadizo de Burlington Arcade, sino Jeremyn Street. Pues bien, en el número 89, en la acera opuesta donde se encuentra la celebérrima estatua del admirado por todos los que nos apasionamos con la elegancia y las buenas maneras, Beau Brummel, se halla la meca de la exquisitez del cuidado cosmético del caballero más refinado, la mítica tienda Floris.
 
 
Floris, curiosamente, se fundó por un español originario de la isla de Menorca, llamado Juan Famenias Florit, que se estableció en Londres en el año 1730, montando una barbería. Destacó muy pronto por sus lociones y aceites elaborados por él mismo para el afeitado, que contaban con olores de reminiscencias mediterráneas, frescas y afrutadas. El establecimiento cambió el nombre de Florit por el más fácil de pronunciar para los británicos de Floris.
 
 
La tienda en Londres está ubicada en Jermyn Street, en el mismo edificio en el que Juan F. Florit creó el negocio en el siglo XVIII. El mostrador de caoba que aún se utiliza en la tienda fue adquirido directamente en la Gran Exhibición en el Palacio de Cristal en Hyde Park en 1851.Muchos elementos de la época aún se mantienen en la tienda, un ejemplo de los cuales es una almohadilla de terciopelo sobre la cual se deposita el dinero, ya que en el siglo XVIII se consideraba vulgar tocar la mano de otra persona.
 
 
 

El éxito adquirido le llevó a conseguir el ansiado warrant o Sello de Garantía Real, distinción que le permitía convertirse en proveedores oficiales de la Casa Real Británica, llegando durante los siglos XVIII y XIX a servir a la mayoría de casas reales europeas.

La primera Autorización Real que recibió J.Floris Ltd fue entregada en 1820 como "Fabricante de Peines de Punta Suave" al recientemente coronado Rey Jorge IV. Actualmente dicha Autorización Real aún se exhibe en 89 Jermyn Street junto con no menos de otras 16 autorizaciones de distintos monarcas ingleses. Floris actualmente posee dos: Perfumes para Su Majestad Isabel II del Reino Unido y Fabricante de Preparaciones de Baño para Su Alteza Real el Príncipe de Gales.
 
 
 
La calidad y exclusividad de sus productos la convirtieron en una referencia ineludible entre los caballeros distinguidos de la ciudad; esta solariega firma fabricó mitos como el perfume que llevó el gran Beau Brummell, el dandy histórico por excelencia, o el creado para el Gran Duque Orloff de Rusia, el ‘special 127’. Hoy los clientes de Floris siguen demandando la calidad y el lujo, pero ahora tienen una ventaja: sus productos se pueden adquirir internacionalmente.

La línea de Floris es muy extensa, abarca desde jabones, geles y cosmética hasta fragancias naturales (más de 100 referencias) y otros accesorios como velas o esencias. Elaborados con materias primas orgánicas elegidas entre las mejores flores, hierbas o semillas, la calidad de cada uno de sus productos está de sobra garantizada.
 
 

De Floris todo es digno de ser destacado, pero especial mención deben tener los productos de fragancias bespoke o hechas a medida, donde el cliente diseña y crea su propia y exclusiva fragancia con el asesoramiento de los altamente profesionalizados empleados de la marca que atienden con esmero en la tienda. Aquí puede optarse por aromas más o menos amaderados, frutales o florales. No existe más distinción que poder perfumarse con una fragancia diseñada para uno mismo y que no utiliza nadie más.
 
La fragancia mundialmente famosa es Floris nº 89, que además pasa por ser la  fragancia oficialmente reconocida del agente secreto James Bond.
 
 
 

El éxito de los productos de Floris llevó a muchos empresarios inquietos de la City a abrir sus propios negocios emulando la célebre firma de Jermyn Street. Tal es el caso de Molton Brown, que desde el 227 del Regent Street, ha conseguido unos jabones y artículos de baño verdaderamente excelentes, por lo que he de confesar que si mi gel de baño es el de Molton Brown concretamente la versión oudh accord & gold body, cuya fragancia, frescura y suavidad es insuperable, la colonia debe ser siempre una fragancia amaderada de Floris hecha a medida.

Lucio Rivas

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