Desde la aparición de las
primeras ciudades, varios miles de años antes de Cristo en Oriente Próximo, la
existencia de la arquitectura monumental ha estado presente en la sociedad.
Esto convierte a la arquitectura en una de las formas de refinamiento más típicas
de la vida diaria, haciendo que la necesidad de cubrirse bajo un techo pase
a ser una forma de expresión artística, y en un mundo extremadamente
urbanizado, estamos totalmente rodeados de ella.
En sus orígenes, las estructuras
ornamentadas estaban intrínsecamente ligadas al poder regio y religioso, siendo
estas las únicas entidades con recursos suficientes para permitirse la
frivolidad de edificar construcciones ornamentadas. Esto iba ligado,
lógicamente, al control político, siendo el adorno una forma de demostrar el poder
mediante la exhibición de riqueza. Es desde la aparición del nuevo concepto de
ciudad que supone la Polis griega, que no solo se busca exhibir esta influencia, sino
también el embellecimiento de la ciudad, ya que es entonces cuando esta se
convierte definitivamente en un espacio no solo de subsistencia.
Las columnas de hierro presentan gran esbeltez |
Es con el aumento de poder de la burguesía,
que surge de la mano de la revolución industrial, cuando de forma generalizada,
un grupo que no representa la autoridad religiosa ni es necesariamente la máxima
autoridad de ningún estado, posee capacidad y riqueza suficientes para permitirse
la indulgencia de construir edificios del más alto grado de refinamiento. En
este momento de la historia es cuando llega el Art Nouveau, filosofía de diseño
que no se podría explicar sin su contexto socioeconómico.
Con la rica burguesía capitalista
ya más que establecida, aparece la necesidad de un nuevo lenguaje de diseño que
represente la nueva era y no se apoye en los hombros de la arquitectura de formas
y proporciones clásicas perfectamente regladas, que se venía haciendo hasta ese
momento. El Art Nouveau rompe con todo lo anterior de forma radical, desechando
el historicismo y apostando por las formas orgánicas, curvas basadas en la
naturaleza e integrar todos los elementos del espacio con la misma filosofía.
Se reinterpreta el espacio y se le da más luz y amplitud, buscando sobre todo
el diseño avant-garde y totalmente rompedor.
"La vivienda cambió radicalmente el típico plano de las casas de la ciudad."
La escalera estructura todo el espacio |
Es en tan relevante contexto
artístico en el que se desarrolla la casa Tassel, construida para el ingeniero
francés Emile Tassel entre 1892 y 1893. Fue diseñada por el arquitecto belga de
origen Español Víctor Horta, que sería uno de los máximos exponentes del
Modernismo centroeuropeo. Destaca que, siendo el Art Nouveau un estilo total,
Horta no se limitó únicamente a realizar el diseño del inmueble, sino que
extendió la misma filosofía a todos los elementos de la vivienda, diseñando
también el mobiliario y todos los elementos decorativos, incluso el aplique
metálico del timbre de la puerta, creando así un espacio de un estilo homogéneo
y verdaderamente único.
La vivienda cambió radicalmente
el típico plano de las casas de la ciudad, que respondían a un diseño de pasillo,
con las habitaciones alineadas. Debido a la configuración de manzana cerrada
imperante en esa zona de Bruselas, esto significa que las únicas ventanas se
encuentran en las fachadas frontal y posterior, haciendo que las habitaciones
centrales fueran muy oscuras. Horta diseña la casa alrededor de una escalera
central que actúa como distribuidor, permitiendo eliminar los largos pasillos y
las habitaciones intermedias sin luz. El cambio de plano deriva además en la
simetría de la fachada, algo destacable en una ciudad en las que las casas hasta
entonces tenían un plano estandarizado con la entrada en uno de los laterales.
Además de la escalera de sinuosas formas, la casa cuenta con muchos otros elementos singulares como el tragaluz, exquisita vidriera de formas curvas con cierta reminiscencia floral. Destacan las elaboradas columnas de hierro, que confluyen con las vigas del techo, siendo ambos elementos marcadamente esbeltos y de una delicadeza extraordinaria.
"Con el Art Nouveau se trató de recuperar la más alta artesanía de lujo"
Vestíbulo |