En el universo del vestir masculino, el azul es más que un color: es un lenguaje. Pocas tonalidades han sabido conjugar, al mismo tiempo y con
tanta naturalidad, la elegancia, la sobriedad y la modernidad. El traje azul,
en su expresión clásica, constituye el núcleo del guardarropa del hombre bien
vestido.
Ni tan solemne como el negro ni tan ligero como el gris claro, el azul
representa la medida perfecta de la compostura.



