Con la llegada del verano y sus temperaturas, en muchos casos extremas, una de las primeras conductas que con respecto al atuendo de los caballeros podemos apreciar, es la aparición de los pantalones cortos.
Pero incluso para prendas como esta, que se caracterizan por ser de marcado corte informal, existen unos cánones básicos que marcan las pautas de cómo deben vestirse.
Para ello existen unas reglas cuya observancia se convierte en algo esencial, y que no debemos descuidar. El decálogo es el siguiente:
1º) LOS PANTALONES CORTOS DEBEN SER BERMUDAS
Esto significa que los pantalones cortos cuya longitud no sea hasta el límite superior de la rodilla, es decir, que no sean bermudas, deben encontrarse descartados de nuestro armario. En efecto, las dimensiones de los pantalones que no respeten esa medida son pantalones de deporte o bañadores pero no pantalones cortos. La imagen de un pantalón corto que no posea las dimensiones de unos bermudas, no pueden ser vestidos fuera de la práctica de eventos deportivos.
Largo correcto de los pantalones bermudas |
2º) SIEMPRE LISOS.
No existe concepto más alejado de la elegancia ni de la estética que unos pantalones cortos con motivos de cuadros ventana o similares. El efecto es realmente bochornoso y burdo. Para ir medianamente decente con pantalones bermudas, hemos de tener presente que estos pueden ser de cualquier color, pero siempre lisos.
3º) NUNCA DEBEN SER VAQUEROS
Los pantalones vaqueros fueron diseñados para las labores campestres de granja, y dada su resistencia y dureza se impusieron como indumentaria idónea para los mineros. Su complexión, grosor y textura hacen de ellos una prenda más propia de climas opuestos al del estío, por lo que la imagen de unos pantalones vaqueros cortos es un contrasentido claramente antiestético.
Por otro lado, si con unos pantalones vaqueros largos podemos en invierno trasladar una imagen de elegancia si los sabemos acompañar con una americana desestructurada a medida y unos buenos Oxford, por el contrario, eso no es posible con vaqueros cortos, donde no podemos equilibrar con otras prendas la paupérrima imagen de trasladan unos pantalones vaqueros que no posean la longitud convencional.
4º) NO USAR NUNCA PANTALONES DE DEPORTE
Aunque sean de las dimensiones de los tipo bermuda, los pantalones para la práctica deportiva nunca pueden sustituir a los auténticos pantalones cortos o bermudas.
5º) LOS PANTALONES CON BOLSILLOS EN LOS MUSLOS, LOS TIPO CARGO Y LOS CAMUFLAJE DEBEN ESTAR SIEMPRE DESCARTADOS.
Este tipo de pantalones resultan ser muy bastos y ordinarios. Su uso está descartado y no es aconsejable bajo ningún concepto. Trasladan una imagen bastante chabacana.
6º) LOS PANTALONES CORTOS NO DEBEN SER DEMASIADO ESTRECHOS.
Los pantalones muy estrechos en los tipo bermudas, provocan un efecto más propio de estar utilizando unas mallas que unos pantalones propiamente dicho. La imagen es claramente antiestética y se encuentra en las antípodas de la elegancia más elemental.
7º) NUNCA COMBINARLOS CON CAMISA FORMAL.
El pantalón corto es uno de los paradigmas más notables de lo que constituye la indumentaria informal y, por lo tanto, no debe nunca combinarse con prenda alguna que vaya de la mano de la elegancia clásica más formal, como pueden ser las camisas de ceremonia o camisas de puño doble para ser utilizadas con gemelos. La imagen que se traslada así es muy grotesca y bochornosa.
8º) NUNCA UTILIZAR PANTALONES PIRATA O BAGGY
Estos pantalones son abiertamente ridículos, así, sin paliativos. Constituyen un esperpento considerable y son un atentado contra la sensibilidad y el buen gusto.
9º) NUNCA UTILIZARLOS CON CHANCLAS
Los pantalones bermudas deben llevarse con calzado de mocasines, loafers, náuticos o alpargatas, pero nunca con sandalias o con chanclas. Estas últimas son recomendables únicamente para llevarlas con bañador.
10º) NUNCA UTILIZAR PANTALONES CORTOS EN ENTORNOS URBANOS.
La nota esencial de la correcta utilización del pantalón corto es que no debe ser utilizado en ambientes urbanos ni fuera del periodo estival. Es lamentable ver como se convierte el pantalón corto en la prenda más utilizada en nuestras ciudades cuando llega el verano, vulnerado las más elementales normas del buen gusto y del saber estar. No olvidemos que la premisa esencial de la elegancia es saber vestirse adecuadamente para cada momento y el incumplimiento de esta norma básica supone una ordinariez carente de toda justificación. De la misma manera que no acudimos con esmoquin a la playa, resulta bochornoso ver como llegada la época veraniega una importante cantidad de varones pasea por las calles de nuestras ciudades o acude a los grandes almacenes con tan inapropiado atuendo.
El pantalón corto tiene un uso muy restringido, y únicamente puede ser utilizado en zonas de playa o en ámbitos campestres, pero solo en verano y en horario diurno. No puede nunca hacerse uso del pantalón corto una vez que cae la tarde y empieza a anochecer, donde el protocolo exige que debe vestirse siempre con pantalón largo.
El hecho de que el pantalón corto sea la prenda más informal y, por lo tanto, tenga un uso limitado no significa que no pueda vestirse con personalidad, incluso hasta de forma elegante.
Lucio Rivas
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ResponderEliminarHe leído sus dos artículos sobre el pantalón corto y en los dos se dice que no deben lucirse dentro de las ciudades, cosa que comparto, pero no dice la razón última. En mi opinión si eso es así es porque la razón última está enraizada en la esencia humana. No sé por qué razón pero llevar las piernas sin ropa se percibe instintivamente como peligroso, riesgo de deshidratación. Es así en otros climas y otras culturas. Personalmente he visitado el África tropical, lugar tórrido donde los haya, y la gente lleva las piernas cubiertas. Más aún, en varias islas del océano Índico las autoridades lucen sandalias en actos oficiales, pero no las piernas y no es por pudor, sino por elegancia. Me gustaría saber si comporte o no mi punto de vista.
ResponderEliminarSi fuese por razones de seguridad, tampoco podría llevarse pantalón corto en verano en lugares de playa, donde además el calor es más sofocante y la deshidratación mayor, y sin embargo no es así. Desconozco si existen razones antropológicas, yo solo valoro las relativas a las elegancia.
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