Don Alberto Olego, es más que un gran maestro sastre, y gerente de la Sastería Olego. Don Alberto es un caballero lleno de inquietudes, un entusiasta de su profesión y, sobre todo y ante todo, una excelente persona.
Don Alberto Olego es mi sastre, y un sastre siempre debe ser algo más que alguien que cose o corta tu ropa y te hace los trajes a medida. Un sastre tiene que ser alguien que te conozca a la perfección, que conozca tus inquietudes y tu personalidad, porque no lo olvidemos, la personalidad la proyectamos, entre otras cosas, a través de nuestra indumentaria. Por esa razón el sastre no solamente debe ser un artesano que ejerce con destreza su profesión, debe tener algo de psicólogo y de confesor, debe ser intuitivo y receptivo a la innovación de las tendencias con cada cliente, porque no existen dos clientes iguales.
Todas esas cualidades que debe de tener un sastre excelente se encuentran en Don Alberto Olego. Es más, el hecho de que sea mi sastre se me antoja que constituye en realidad un dudoso honor, porque mi carácter inconformista e innovador hace que conmigo siempre tenga que pensar en algo nuevo y diferente, ya que cada nuevo encargo se convierte en un reto.
Las conversaciones que siempre he mantenido con Alberto resultan de lo más ameno y entretenido por nuestras aficiones comunes, entre ellas, la pasión por la música. Pero cuando nos ponemos a charlar sobre proyectos innovadores para la confección de un traje o una americana, a ambos se nos ilumina el rostro y el tiempo se pasa en un suspiro mientras disfrutamos de manera patente de nuestro intercambio de ideas al respecto.
A Alberto la encanta innovar, es receptivo a nuevas tendencias e inquietudes y siempre busca algo nuevo y diferente. No le gusta sentirse encorsetado ni hacer siempre lo mismo. Alberto siempre busca la creatividad y consigue alcanzar la excelencia y el arte con cada dura prueba a la que le podemos someter.
Alberto trabaja en su taller de la Sastrería Olego, situada en la localidad de Ponferrada, donde recibe encargos de muchos rincones de España. Su destreza y buen hacer le vienen de tradición. No en vano la Sastrería Olego fue fundada por su padre en 1962, lo que hace que tenga una sólida formación clásica, pero esto no le impide en ningún momento mostrarse inquieto a la hora de buscar adentrarse en nuevos terrenos y apreciar encargos que se salgan de lo convencional, porque disfruta creando e innovando.
Como muchos sastres jóvenes tiene claro a quién considera el maestro de referencia. Dicho honor recae sobre el célebre sastre parisino Lorenzo Cifonelli. Maestro de maestros.
La personalización de cada una de las prendas que hace Alberto, se convierte en una de sus notas características.
Alberto es un enamorado de su profesión y, por por tanto, un defensor a ultranza de la sastrería artesanal, lo que le ha llevado conjuntamente con otros jóvenes e inquietos sastres a fundar la Asociación Española de Sastrería (AES) y la presentación del Sello de Calidad “A” de Sastrería Artesanal. Se trata de una distinción que, por primera vez, identifica y certifica a los profesionales de este sector que trabajan artesanalmente en España.
Este sello garantiza la artesanía, calidad y transparencia de las prendas hechas a mano por un maestro sastre y asegura al consumidor que la prenda que ha encargado está elaborada a mano por un profesional reconocido y suficientemente cualificado.
La sastrería española es de larga tradición e historia, y una de las mejores y más valoradas del mundo, a eso contribuye la labor de uno de los mejores sastres que tenemos, Don Alberto Olego.
Lucio Rivas
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