Una de las mayores ventajas que tiene el encargar un traje o una chaqueta a medida, bien sea artesanal o industrial, es que tenemos la posibilidad de personalizar hasta los más mínimos detalles. Uno de esos detalles es siempre el forro.
Efectivamente, cuando nos hacemos un traje a medida hemos de acostumbrarnos a elegir una gran cantidad de opciones. Entre ellas está la correcta elección del forro del traje.
No obstante, hemos de ser conscientes que no todos los trajes llevan forro. Los trajes sin forro exigen una mayor labor para nuestro sastre, resultan mucho más ligeros de llevar, y dan lugar a lo que se denomina generalmente como chaquetas desestructuradas.
(Ejemplo de espalda de chaqueta desestructurada del gran maestro sastre Alberto Olego) |
Para la temporada estival cuando el clima resulta más cálido y se relaja la formalidad del atuendo, los trajes sin forro son una buena opción a tener siempre en cuenta.
Por otro lado existen los trajes parcialmente forrados, es decir, los que pueden tener forro únicamente en alguna o algunas zonas como pueden ser las mangas, los hombros y el pecho, dejando la espalda sin forro para que transpire.
La personalización depende totalmente de nuestros gustos y prioridades, y aunque a veces tengamos que tomar determinadas decisiones de forma inmediata, resulta aconsejable que nos tomemos nuestro tiempo. Una elección precipitada puede dar lugar a un arrepentimiento posterior cuando ya no cabe solución ni remedio alguno.
En cuanto a la elección del forro del traje, es probablemente una de las personalizaciones que quizá menos tiempo le dediquemos, y a la que no damos demasiada importancia. Ello es así porque se trata de una parte de nuestra chaqueta que es interior y no resulta visible, por lo cual generalmente los caballeros no suelen ser muy exigentes en este aspecto. Además no se conoce muy bien cual es realmente la función que desempeña el forro.
El forro tiene como objetivo principal crear un revestimiento que es funcional, pero también estético. El forro agrega otra capa entre la tela y el cuerpo, lo que alarga la vida útil en general de la prenda, brinda calidez y agrega estructura al traje. En última instancia, hace que sea más fácil quitarse y ponerse el traje.
El forro del traje también ayuda a ocultar las costuras, el acolchado y además puede agregar otro color que resulta estéticamente agradable a nuestra vista.
Existe una gran variedad de telas para el forro. Las más utilizadas son el poliéster, el rayón y la viscosa, al igual que los tejidos naturales como la seda o el algodón. El satén, la seda y la sarga también se utilizan en muchas ocasiones.
Cada tejido material tiene ventajas e inconvenientes. La seda es la opción más cara y tiende a darle al traje una sensación más cálida, mientras que el poliéster, que es el más barato, otorga un acabado de peor calidad al traje.
Ahora bien, la pregunta que todos los caballeros se hacen es, ¿qué color de forro debo escoger?
Existen dos tipos de forros, por un lado aquéllos que son de un solo color, y los que son policromados o de fantasía.
La opción generalmente preferida por los caballeros es la de un solo color. Esta siempre es la opción más clásica. La clave es poder determinar cuál es el color idóneo para nuestro traje. Existen varias opciones:
1º) Elegir el mismo color que el traje.
Esta opción es poco imaginativa y no goza de mi predilección, toda vez que no me gusta que a penas exista diferencia de color entre el forro de la tela del traje.
Hemos de ser conscientes que además resulta muy difícil que el color de un forro coincida exactamente con el de la tela de una chaqueta, por lo que siempre será un color muy aproximado pero no idéntico.
Esta es la opción más tradicional en los sastres de Savile Row en Londres. Prueba de ello son los forros elegidos normalmente para los trajes de los actores que encarnaron al personaje James Bond.
(Sean Connery in memoriam) |
2º) Color que combine con el traje.
En esta segunda opción el forro no es del color del traje, pero armoniza y combina con este. Este concepto resulta especialmente interesante en los trajes tipo príncipe de gales, de cuadros y en general con aquellos que no son de telas lisas. En estos casos en necesario buscar un denominador común y ese será el color liso del forro.
3º) Color de contraste.
Por último, esta opción busca crear un contraste con el tono de la chaqueta, por lo que el color del forro tendrá necesariamente que distanciarse del color principal elegido, que en todo caso vendrá marcado por el de la tela de la chaqueta. Esta es mi opción predilecta.
En la próxima entrega analizaremos los forros diferentes de los lisos en especial, los de fantasía.
Lucio Rivas
Muy buenos consejos a considerar de ahora en adelante antes de escoger un forro. ¿Planea actualizar las secciones laterales del blog, don Lucio?
ResponderEliminarMuchas gracias Guillermo por el comentario.
EliminarSecciones actualizadas, tiene usted toda la razón.
Reciba un saludo muy cordial
Coincido con usted en la elección del forro. Un saludo.
ResponderEliminarMe alegro mucho. Gracias Salvador.
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