EL FORRO DE LAS CHAQUETAS (II): FORROS DE FANTASÍA

En la anterior entrega vimos los forros lisos o de un solo color, en esta segunda nos adentraremos en el fascinante mundo de los forros que denominamos de fantasía.

Tener la posibilidad de personalizar todos los detalles de un traje nos permite como ya sabemos, la libertad de seleccionar entre otras cosa los forros, cuyo amplio abanico ya conocemos.

Luca Rubinacci con uno de sus sorprendentes forros

En cuanto a los forros que bien pudiéramos llamar policromáticos o de fantasía, es preciso hacer una acotación inicial, y es que para elegir este tipo de foros tenemos dos opciones:

Por un lado la tradicional fórmula de los forros de catálogo previamente confeccionados que se exhiben en los tradicionales muestrarios. Esta fórmula significa que en efecto podemos elegir el forro para nuestra chaqueta que se nos antoje y que libremente seleccionemos, pero siempre dentro de los que nos modelos que nos muestran.

Por otro lado existe una posibilidad mucho más interesante y, a la vez, poco conocida ya que la pueden ofrecer pocos sastres, como es la de seleccionar una imagen que nos guste y nos la imprimen en una impresora especial para telas. Esta opción es la que he utilizado en los últimos encargos con mi sastre el gran maestro Don Alberto Olego. Esta es la opción perfecta para poder diseñar nuestros trajes cuando queremos un traje de carácter conceptual, que es algo que tendremos ocasión de analizar en un artículo posterior.

Forro de mi traje campestre realizado por el gran maestro sastre Don Alberto Olego

El problema que se nos plantea con los forros de carácter multicolor es el de combinar saber cómo tenemos que combinarlo con la chaqueta.

En este sentido la acotación inicial de la que debemos partir, es si el forro necesita estar en combinación con la tela de la chaqueta, o por el contrario, si al tratarse el forro de un tejido interior, y por lo tanto no resulta visible ni está en el mismo plano que la chaqueta, puede estar eximido de entrar el un juego de combinaciones.

Esta cuestión es parcialmente cierta, pero no por ello debe observarse siempre una mínima combinación del color del forro porque en el interior de las chaquetas existen y vivos con la tela de la de aquellas. 

Por ello una referencia cromática se hace siempre indispensable.

La regla básica es que en los forros multicolor siempre tiene que haber un color o una tonalidad que destaque y que armonice con el color de la americana.

 

 Lucio Rivas