domingo, 30 de noviembre de 2025

CUANDO DEBE DESABOTONARSE LA CHAQUETA


Son muchas las dudas que normalmente surgen sobre cuando resulta protocolariamente posible el desabotonar o desabrochar la chaqueta del caballero. En esta nueva entrega vamos a desarrollar esta cuestión que siempre ha suscitado no pocas dudas e inseguridades.




I. Introducción 

El principio general consistemte en de la obligación de mantener la chaqueta abrochada surge en la sastrería del mundo militar. Las chaquetas de uniforme exigían abotonarse para mantener la postura erguida. Con el tiempo, esa costumbre pasó al traje civil y la prenda se convirtió en símbolo de riguroso porte. En la corte británica del siglo XIX, abotonar significaba estar listo para recibir a los asistentes, mientras desabotonar sugería relajación o que la ceremonia había concluido. Hoy, en la vida profesional y social, esa distinción sigue vigente: la chaqueta abotonada declara disponibilidad, la abierta sugiere relajación o conversación informal.


II. Principio general

La regla básica que debe guiar al caballero es simple: cuando esté de pie, la chaqueta corresponde abotonarla; sentado, debe desabotonarse. Este gesto no es un mero adorno sino una de las pocas formas visibles de respeto hacia la prenda, hacia uno mismo y hacia quienes fueren testigos. La chaqueta, no lo olvideemos, es parte del saludo silencioso.

La chaqueta queda siempre mejor llevándola abrochada, por la sencilla razón de que toda su confección así lo exige, ya que su diseño está pensado para estar abotonada, en caso contrario su estructura pierde el punto de apoyo de todo su armazón.

 III. Reglas específicas para cada tipo de chaquetas


· Chaqueta clásica de dos botones

Como ya sabemos la fórmula más habitual en el traje es que se abotona siempre el botón superior cuando se está de pie; nunca el inferior ni ambos. Cuando se adopta la postura de sentado, la chaqueta se tiene que desabrochar.

· Americana o chaqueta de tres botones

La regla clásica anglosajona reza:  “sometimes, always, never”, es decir, el botón superior a discreción, el de en medio siempre y el inferior nunca, y al sentarse debemos desabrochar la chaqueta.


· Chaqueta cruzada

Por su propia construcción, la chaqueta cruzada se abotona siempre y sin excepción cuando se está de pie. Su protocolo es más riguroso, porque puede desabrocharse cuando estamos sentados, pero sólo en los casos en los estemos sentados en la mesa para comer.



En otro tipo de ocasiones desabrohar este tipo de prenda supone, por el efecto visual que ocasiona, una relajación excesiva y una informalidad manifiesta.

· Blazer y chaqueta sport

Aunque son prendas más relajadas, la norma se mantiene, ya que estando de pie, debe siempre estar abrochada. 


· Chaquetas sin estructura

La etiqueta en estos casos de chaquetas propìas de los sastres napolitanos es más relajada, ya que esta prenda tiene un carácter deportivo, informal y es más flexible. Por esa razón el abotonar sigue siendo señal de atención, pero en contextos de ocio y relajados se permite desabotonar. En situaciones marcadamente relajadas, como sucede cuando llevamos chaqueta sin corbata, llevarla desabrochada es una opción que no desentona y va en armonía con el conjunto.  

IV. El efecto en la silueta

Abotonar la chaqueta cuando corresponde no es solo cuestión de protocolo, sino de proporción visual. Una chaqueta cerrada realza los hombros, define la cintura y distribuye correctamente el paño.
Por el contrario, una chaqueta abierta o mal abotonada crea deformación en los costados, distorsiona la V masculina y adelgaza de modo involuntario el torso.

Una cintura demasiado marcada, un botón desabrochado incorrectamente o una chaqueta abierta cuando se está de pie equivale a perder la estructura del conjunto. En cambio, cuando nos sentamos, abotonar arruga y tensa la tela. Por esa razón la norma exige desabrochar.

V. Cuándo desabotonar


  • Al sentarse: abrir la chaqueta evita tensión visual, mejora el confort y protege los botones, especialmente a la hora de estar o conducir un automóvil. El hecho de sentarse con la chaqueta desabrochada genera en nuestro interclocutor un efecto de relajación que provoca confianza y proximidad.

      Si al estar sentados cruzamos las piernas, resulta siempre                    obligatorio desabrochar la chaqueta. 



  • En tránsito o mientras se camina hacia el evento: si no es cruzada se permite que esté abierta cuando se porta una maleta o siempre que se camine cion una manio en el bolsillo.


  • Para mostrar chaleco: cuando el conjunto incluye tres piezas, es casi obligado desabotonarla. Es más, en estos casos es habitual que la chaqueta que nos hace nuestro sastre sea algo más estrecha de lo habitual, con la finalidad de que al desabrocharla, para lucir el chaleco, no genere pliegues o desajustes que puedan arruinar el conjunto.  

Este conjunto de tres piezas mejoraría enormemente
con la chaqueta desabrochada


  • En contexto social relajado: una gala informal, un cóctel diurno, permiten que la chaqueta quede abierta, como gesto de familiaridad. Esta opción se restringe con las chaquetas cruzadas, ya que estar de pie portando este tipo de chaquetas transmite algo más que una relajación, transmite un desajuste en nuestro conjunto.

VII. Consideraciones según contextos

Oficina profesional: chaqueta abotonada de pie; abierta solo en conversación informal o traslado.

Evento de etiqueta: volumen del traje, iluminación y protocolo exigen abotonar aún más que en la oficina.

Ocio y fin de semana: la norma sigue pero con mayor flexibilidad. Una chaqueta sport puede abrirse si se sostiene una copa o si se tiene una mano en el bolsillo del pantalón.

Recepciones diplomáticas o ceremonias: prácticamente todo debe ir abotonado excepto el momento de sentarse. 

VIII. Corolario 

La elegancia no consiste únicamente en vestir bien, sino en conocer y cuidar los detalles. Abotonar la chaqueta cuando corresponde es tan simbólico como inclinar la cabeza o saludar con la mano firme.

En un mundo que tiende a la informalidad, el gesto correcto de abotonar es una señal visible de respeto a la prenda, a uno mismo y al que está frente.

LUCIO RIVAS











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