Cuando uno se interesa por el mundo de la más alta artesanía, sea del campo que sea, descubre que hay infinidad de grandísimos artesanos repartidos por el mundo, y que aunque en el campo de la moda masculina clásica haya una tradicional dualidad, entre Italia e Inglaterra, esto no es así en el mundo del bespoke más exquisito.
En las más altas cotas de la artesanía, lo que uno se encuentra no son marcas, sino personas. Artesanos, con verdadera pasión por el oficio y gran afán de alcanzar la excelencia técnica en su campo que independientemente de las tendencias del mercado, desarrollan su actividad con el máximo mimo y dedicación. El Club Privado de El Aristócrata tuvo el enorme privilegio de recibir el pasado día 26 de marzo a uno de los más reputados en el mundo de la zapatería a medida de caballero: Mario Bemer.
Mario Bemer, con un apellido ya ligado a la ciudad de Florencia desde que, junto con el de su hermano Stefano, adquiriese su calzado fama mundial, posee un taller de fabricación de calzado, totalmente artesanal en el que la atención al detalle, la finura de la construcción y la calidad de la misma son francamente destacables.
Mario llegó al Hotel Intercontinental acompañado de Luca, su socio y mano derecha, cargados con una inmensa y maravillosa maleta de cuero que evocaba épocas pasadas, a pesar de su muy reciente construcción. En esta maleta, fabricada en el mismo taller del que salen sus zapatos, Mario traía unas muestras de sus creaciones prêt-à-porter y bespoke, así como varios zapatos cortados o en proceso de construcción para mostrar cómo están fabricados. La charla fue, sin duda, de las más didácticas que se han dado en los ya varios años de historia del club. Mario contó con todo detalle el proceso de fabricación de un zapato, desde la elección de los materiales hasta los procesos por los que ha de pasar el cuero, todo ello desde el más claro disfrute de quien cuenta como hace lo que le apasiona.
Mario llegó al Hotel Intercontinental acompañado de Luca, su socio y mano derecha, cargados con una inmensa y maravillosa maleta de cuero que evocaba épocas pasadas, a pesar de su muy reciente construcción. En esta maleta, fabricada en el mismo taller del que salen sus zapatos, Mario traía unas muestras de sus creaciones prêt-à-porter y bespoke, así como varios zapatos cortados o en proceso de construcción para mostrar cómo están fabricados. La charla fue, sin duda, de las más didácticas que se han dado en los ya varios años de historia del club. Mario contó con todo detalle el proceso de fabricación de un zapato, desde la elección de los materiales hasta los procesos por los que ha de pasar el cuero, todo ello desde el más claro disfrute de quien cuenta como hace lo que le apasiona.
Estos zapatos se fabrican únicamente con materiales de
estricto origen animal y vegetal, nada más. Los cambrillones están fabricados
en madera, cosa francamente inusual en el mundo de la zapatería. Mario explica
esta filosofía diciendo que en contacto con el cuerpo nunca debería haber nada
sintético y que antes de que algo sea bello, debe estar exquisitamente bien
hecho y ser de la máxima calidad. Fiel a esta filosofía de excelencia, el
proceso de medida y pruebas se hace con el mismo mimo que la propia fabricación
del zapato; el método clásico para pedir un pie a la hora de hacer un zapato a
medida, era, en opinión del ponente, muy rudimentario y no tenía en cuenta
todas las partes del pie, únicamente las más destacables. Por ello, ha diseñado
su propio sistema, mediante el cual toma un número de medidas mucho mayor que
mediante el método tradicional. Estas complementan una impronta del pie
realizada en tinta, a modo de sello. Esto permite conocer particularidades
sobre la postura y posibles patologías del cliente relacionadas con, o que
influyan, en la forma de pisar y así poder hacer correcciones llegado el caso.
Esto va unido a que como muchos otros artesanos, hace un zapato de prueba, pero
este es diferente ya que tiene un tacón completo y se suelen hacer no una, sino
dos pruebas para asegurar un ajuste perfecto, haciendo modificaciones incluso
sobre el propio zapato de prueba.
Tras unas explicaciones sumamente didácticas y
entretenidas-y es que, Mario Bemer, es un gran conferenciante con el que las
barreras lingüísticas parecen desaparecer-
se procedió a tomar un ágape en el salón contiguo, permitiendo a todos
los asistentes tratar de tú a tú con los invitados.
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