EL CONFINAMIENTO EN CASA

En estos días en los que la pandemia nos obliga a una reclusión en casa, y el trabajo lo debemos hacer en remoto, hay una serie de pautas que debemos en todo caso mantener.

El hecho de quedarnos confinados en nuestros hogares no significa que debamos abandonar unas  elementales pautas de comportamiento que son obligatorias para no caer en la desidia y en una espiral de abandono anímico que es claramente perjudicial. Para ello debemos observar una serie de reglas necesarias.

En primer lugar, el hecho de no salir fuera a trabajar y seguir esta especie de arresto domiciliario, no significa que debamos abandonar una obligatoria rutina, de lo contrario entraríamos en el terreno de la dejadez más absoluta que psicológicamente resulta muy nocivo. Para ello hay que procurar levantarse todos los días a la misma hora que lo veníamos haciendo anteriormente, y tener los hábitos y secuencias de vida como los que teníamos antes.

Al no poder salir de casa para ir a trabajar es fácil caer en la abulia, desinterés o pereza en mantener las costumbres habituales, como es el hecho de vestirse adecuadamente. Esas costumbres cotidianas se deben convertir en casos como el que estamos viviendo, en hábitos necesarios para evitar la incuria, que nos conduciría a un fácil abandono de nosotros mismos. Por ello en estos momentos se requiere más que nunca una férrea voluntad para seguir unas costumbres y una rutina que nos pueden ayudar a mantener esa necesaria disciplina.

El primero de esos hábitos es obligarse a vestirse bien todos los días, y no me refiero a la necesidad de vestir con traje y corbata para trabajar en casa, sino impedir que estemos en casa portando la prenda estrella de la procacidad, como es el indecoroso chándal. Esta prenda debe ser utilizada únicamente para practicar actividades deportivas por aquellas personas que no les importe la ordinariez de transpirar, pero no para ser utilizadas como prenda de estar en casa. Tampoco resulta procedente estar en pijama, perniciosa costumbre, porque el pijama es una prenda para dormir y no para llevar a cabo las actividades domesticas cotidianas.

Existen tres momentos de nuestra permanencia en casa que debemos diferenciar:

1º) TRABAJO  

El trabajo en casa requiere una necesaria labor de mentalización,  es decir, debemos actuar como si estuviéramos trabajando fuera. Por ello hay que vestirse diariamente con americana, y obligarnos a que cada día debemos portar una prenda diferente, como hago yo en mi perfil de Instagram, que cada día cuelgo la foto de la americana que llevo.

2º) REUNIONES EN REMOTO

En las reuniones en remoto a través de diferentes plataformas requiere un mayor grado de formalidad por respeto a nuestros contertulios, por lo que es conveniente llevar corbata. 

3º) FUERA DE ACTIVIDADES LABORALES

Una vez concluida nuestra jornada laboral en casa es conveniente cambiarnos de ropa. Esta postura nos ayudará mucho a conseguir una desconexión mental. Para ello tendremos que despojarnos de nuestra chaqueta o americana y sustituirla por un batín y unas zapatillas.

Solo me resta desearles salud y mucho ánimo en este duro periodo. Cuídense y tomen las máximas precauciones.

Lucio Rivas