EL PLIEGUE EN LAS CHAQUETAS CRUZADAS

Resulta frecuente comprobar como en las chaquetas cruzadas habitualmente se generan arrugas cuando se encuentran abotonadas. En esta entrega vamos a  analizar las cusas de esa frecuente pliegue. 

Una de las prendas más difíciles de encajar en el cuerpo es la chaqueta cruzada, ya que la prenda debe adaptarse lo más cerca posible del cuerpo sin causar tirones, arrugas o áreas de tensión en la tela. Lo ideal es que la tela limpia y que muestre y realce la forma natural del cuerpo. En teoría el ajuste de una chaqueta cruzada debe seguir las mismas reglas que la americana normal.

Pero en este caso confluyen factores muy diversos, que hacen más difícil el cruce de abotonar la chaqueta que en los supuestos de americanas denominadas comúnmente normales, o más correctamente de hilera sencilla.

Estos factores son:

1º) El pecho debe estar limpio. Si la chaqueta es grande en el pecho habrá un bulto de tela frente a las sisas. Si, por el contrario, el pecho es estrecho, las solapas se abrirán y no quedarán planas, y es probable que haya tirones y arrugas en las mangas desde la parte inferior de las sisas.

2º) La parte del cruce es la más delicada y la más importante del corte de una chaqueta cruzada. No debe provocar ningún tirón en el botón. Para ello debe tenerse especial cuidado con la posición del botón, ya que esta es la parte más estrecha de la chaqueta y, por lo tanto, debe estar correctamente alineada, ya que una levísima desviación puede producir un efecto no deseado.

3º) La posición de los botones. Si este aspecto siempre resulta especialmente importante en cualquier americana, cuando se trata de una chaqueta cruzada la importancia es superior porque va a ser el aspecto más relevante para evitar pliegues. En este caso, a diferencia de las chaquetas de hilera sencilla, nos encontramos con dos botones y dos ojales que deben cuadrar perfectamente como un mecanismo de relojería: el botón interior y el exterior.

Ambos botones deben estar perfectamente alineados sin que ninguno de ellos pueda estar levemente más alto que el otro y, por otro lado, su equidistancia debe ser perfecta, porque en caso contrario provoca tensiones en uno u otro ojal.

En muchas ocasiones los caballeros dejan el botón interior sin abrochar, de tal modo que únicamente abotonan el exterior. Esto genera un efecto de desajuste de la solapa, y una falta de alineación del cruce, cuya principal manifestación es la aparición no ya de arrugas, sino de pliegue de la solapa interior.

Lucio Rivas